Somos parte de una sociedad en dónde se juegan distintos intereses permanentemente, por un lado están las personas que aportan cosas positivas pero por el otro lado las que generan malestar.
Son nuestras emociones sobre lo que persibimos que van y vienen en nuestra mente, y cuánto más lúcida la tengamos mejor será la manera de adaptarnos a esa realidad, de tener un justo equilibrio que nos permita ser medianamente felices mientras vivimos el presente.
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